viernes, 22 de abril de 2011

Entrevista a GEMMA HERRERO


«Lo que escribo lleva mi firma. Y eso, en Periodismo, es lo único que tienes»

por Pilar Arjona

Mujer y Fútbol son dos conceptos que la sociedad actual no termina de asociar. La mujer, tradicionalmente, se ha visto apartada de una u otra forma del mundo deportivo, especialmente, del fútbol. Su incorporación a todo lo relacionado con este deporte ha sido tan paulatina como su reconocimiento dentro de cualquier otro ámbito de la sociedad. La mujer, por serlo, ha encontrado múltiples obstáculos para introducirse y consolidarse dentro de un deporte considerado “para hombres”.

Sin embargo, la evolución de la mujer en todos los aspectos del fútbol es evidente en la actualidad y también en el Periodismo Deportivo, donde ésta se incorporó en los años 20 y 30 del siglo pasado y, aunque cada vez hay más mujeres en las redacciones y en altos cargos directivos de las empresas de comunicación, todavía es patente su invisibilidad en la información futbolística.

Últimamente, las televisiones han apostado por poner una cara femenina a la información deportiva, lo que no ha dejado de ser un arma de doble filo, pues esa presencia como imagen de determinado espacio televisivo hace que se cuestione si está ahí por sus capacidades profesionales o ‘por su cara bonita’. Y eso se extrapola al resto de medios, en los que la inercia del estereotipo pone en duda de nuevo una cuestión que debiera estar más que enterrada en la sociedad actual, pero que sigue siendo una lacra para quienes trabajan o buscan abrirse paso en el Periodismo Deportivo.

La pregunta de si está ahí por ser mujer planea para todas. Con esto no trato de abrir un debate sobre sexismo, pues considero que la igualdad está precisamente en no distinguir el género en un trabajo, sino las capacidades y formación que tenga cada cual para desempeñarlo. Pero me parece oportuno mostrar una parte del Periodismo Deportivo actual en la que considero que equivocamos el tiro, al anteponer precisamente el modelo empresarial al modelo comunicativo.

Sobre este tema, de forma bastante más exhaustiva, realicé en 2008 mi proyecto final de carrera, titulado ‘Diferencias de género en la información futbolística de la prensa deportiva española’. En él, hablé con la presidenta de la Asociación de la Prensa Deportiva Española, Mari Carmen Izquierdo (sorpresa, es una mujer), así como con varias periodistas del diario Marca, entre las que estaba Gemma Herrero (@gemmaherrero), cuya entrevista recupero a continuación. De ella se pueden extraer muchas conclusiones, no sólo en cuanto al binomio mujer-deporte, sino también en cuanto al tratamiento de la información que actualmente hace la prensa deportiva.


Gemma Herrero lleva 15 años trabajando en el diario Marca. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y su primer trabajo fue en el verano de 1990, en la agencia Europa Press Televisión. Allí pasó por las secciones de deportes, política y sociedad. En 1993 empezó en Onda Mini, lo que hoy es Europa FM, siguiendo al Rayo Vallecano y, posteriormente, al Real Madrid. Allí permaneció dos años. Fue en 1996 cuando desembarcó en el diario Marca. Empezó haciendo el seguimiento del Real Madrid durante seis temporadas. Luego estuvo un año haciendo entrevistas y reportajes sobre atletismo, natación y motor. Hace casi ocho años, en septiembre de 2003, cambió Madrid por Barcelona para hacerse cargo de la información del primer equipo de la ciudad. Y en eso sigue actualmente.

La entrevista se realizó en marzo de 2008, aunque las respuestas podrían ser válidas en el contexto actual. Gemma comentó que Marca no tenía libro de estilo. “Llevo doce años (ahora quince) trabajando en Marca y el libro de estilo que a mí me enseñaron fue el de los periodistas que llevaban 12 años antes que yo, a los que acudía para aprender”. Sin embargo, con el cambio de dirección en este periódico, ese libro de estilo “tiene un mes de vida” (ahora tres años) y no dice nada de la cuestión de género “y, si lo dice, no me debo haber enterado”, reconocía con ironía.

En su delegación del diario Marca, en Barcelona, trabajaban entonces dos mujeres: ella y Mari Carmen Torres, que “hacía la información del Espanyol”. Ninguna ocupaba un cargo de responsabilidad. De hecho, ni siquiera había ninguna periodista de Marca en Barcelona que escribiese en la sección de opinión. Contaba Gemma que “el año pasado (2007) sí que lo hacíamos, pero hubo un cambio de dirección y ahora las columnas las hacen famosas tan dispares como Carmen Posadas y Leticia Sabater”. El resto de sus respuestas al cuestionario planteado son las siguientes:

¿Crees que existe discriminación del fútbol femenino en la prensa deportiva española?
¿Sí? Lo dudo (irónica).

¿Por qué no se trata por igual el fútbol masculino que el femenino?
No creo que sea una cuestión de discriminación, sino de interés. En la prensa deportiva tampoco hay mucho espacio para hockey, por poner un ejemplo. Fútbol, motos y coches, desde el ‘boom Alonso’, es lo principal.

¿Crees que las noticias deportivas en las que la mujer aparece como protagonista dan un trato igualitario al que dan a los hombres?
Sí. Hace años, por ejemplo, con Arantxa Sánchez Vicario en el tenis. Hubo portadas y se le ha reconocido siempre como una gran deportista. En un deporte minoritario como el alpinismo, hace unas semanas, se ha dado importancia y relevancia también a Edurne Pasabán, que logró su décimo ‘ochomil’. Dos ejemplos bien diferentes, pero válidos, de que si la gesta está a la altura, el trato es el mismo.

¿Piensas que la prensa deportiva es machista?
Pienso que la sociedad es machista y la prensa deportiva sólo es un ejemplo más. Lo noto en lo mismo que en mi vida diaria.

¿Cuáles crees que son las razones por las que hay muchas menos mujeres que hombres en las redacciones deportivas?
Porque los que mandan siguen teniendo objeciones. Cuando yo entré en Marca ninguna mujer había hecho hasta entonces la información del Real Madrid. Desde que me fui tampoco ha habido ninguna. No creo que sea una casualidad.

¿Ves diferencias en la forma de escribir sobre fútbol entre hombres y mujeres?
Veo diferencias de sensibilidades, pero a la hora de escribir sobre fútbol no, ninguna.

¿Fomenta los estereotipos el lenguaje de la prensa deportiva?
Sí, claro.

¿Qué ejemplos destacarías?
En catalán se dice 'pit i collons' (que no creo que necesite traducción). Es el clásico por antonomasia.

¿Dónde se encuentra verdaderamente el sexismo en el fútbol (instituciones, prensa, afición…)?
En todos, claro. Como decía antes, es una cuestión de educación. El fútbol no se libra.

¿Cómo valoras la afirmación: la prensa deportiva fomenta las cualidades de ‘macho ibérico’?
Como una verdad.

En tu experiencia personal, ¿cuidas la imagen que puedas dar a través de tu lenguaje y forma de expresarte, tanto de hombres como mujeres en el fútbol, para no fomentar los estereotipos?
Cuido el lenguaje, pero no recuerdo habérmelo planteado como una cuestión de género, sino porque lo que escribo lleva mi firma. Y eso, en Periodismo, es lo único que tienes.

¿Por qué crees que hay más periodistas mujeres en los deportes de televisión que en radio y prensa?
En televisión, por una cuestión de imagen. En radio, porque suena bien. Es más dinámico tener diferentes voces.

¿Piensas que se utiliza la imagen de las mujeres periodistas como reclamo masculino?
Sí.

¿Puede suponer eso que se degraden los méritos profesionales de una periodista?
Si lo supone es porque la periodista en cuestión no deja los límites claros. Lo difícil a veces es poder demostrarlo y creo que algunas mujeres, sobre todo en televisión, se ven reducidas a ser un mero reclamo. Si a ellas les parece bien están en su derecho. Los méritos profesionales se ganan, no se dan por hecho.

¿Sería diferente el periodismo deportivo si las directoras de los periódicos fueran mujeres?
No tengo ni idea. Aunque ya me extrañaría, porque me consta que hay redacciones en las que ni siquiera quieren chicas en deportes para que los chicos no se alboroten y/o distraigan.

¿El fútbol es cosa de hombres? (En todos los sentidos: periodismo, cargos representativos, juego, etc.)
Como todo.

¿Por qué?
Por una cuestión de educación. Y, en eso, las mujeres también tienen la culpa por perpetuar los estereotipos. No me parece que en el fútbol haya más machismo que en ese hospital de Cádiz donde las auxiliares de enfermería debían ir con falda, por ejemplo.

Muchísimas gracias por todo, Gemma.

domingo, 17 de abril de 2011

The Paripé One


Cuando, desde mi inocente puesto de redactor, supe en directo que los periodistas españoles abandonaban la sala de prensa de Valdebebas porque no hablaba Mourinho en la previa al Madrid-Barça, un pequeño monstruo empezó a patalear en mi estómago. Le inyecté Sumial en el cuello, henchido de rabia, y dejé que se relajara durante unas horas. Al menos hasta que acabara el vórtice mediático histérico previo al partido, preocupantemente similar al tedioso Grupo del Síndrome Premenstrual en las rebajas de enero. La salida en tropel de los periodistas (profesionales de la comunicación, dicen) del emplazamiento donde debían llevar a cabo su trabajo (por eso cobran, dicen), es solo comparable a la entrada desbocada de marujas en el Corte Inglés de turno en busca de fajas reductoras para simular un problema que, tan al fondo reside, que hace daño primero a la vista.

Tras el patético espectáculo que ofrecieron unos (los dolientes) y otros (las almas), el chorreo de justificaciones cayó como cae el niño que intenta llevar una moto sin haberle quitado aún los ruedines a la bici. Y en algunos casos, sin haber probado siquiera lo que es dejarse los morros en el suelo con el triciclo. La mayoría coincidió en el verbatim: "El Real Madrid, con Mourinho a la cabeza, se está cachondeando de los periodistas", "Es una vergüenza para el madridismo", "Le están faltando el respeto a la historia del club", y otros clásicos coleccionables en tapa dura con el panfleto dominical de turno que más y mejor se adapte a tu verdad. Por eso abandonaron los periodistas la sala de prensa. Porque todo era un despropósito.

Pasó el partido. Reflexioné de dentro afuera, y también de fuera adentro, y ya con la perspectiva del tiempo ganada, pues el pasado se queda ahí, concluí que, efectivamente, hay demasiado dios disfrazado de periodista. Mucha gente cuyo inmaculado trabajo e insigne presencia ya valen por sí solas cualquier perdón. Abandonar el puesto de trabajo. Negarse a cumplir tu deber, moral además, porque no sale quien a ti te conviene que salga. Y a muchos les honra, ojo, tener arrestos para enfrentarse así a una institución como el Madrid. Porque habla un hombre frío en lugar del visceral lagarto que infecta cada vez que muerde. A muchos les dolió no tener palabras que malinterpretar, y abandonaron. Con el rabo donde sea, pero no entre las piernas. No hablamos de gónadas.

Sinceramente, me apena más que me irrita comprobar hasta qué punto el producto que se vende en algunos medios es cocaína mal cortada, de la que mata todavía más despacio. Que haya que leer cosas como esta, significa que muchos, no sé quiénes, están haciendo las cosas tan rematadamente mal, que otros tenemos que agachar la puta cabeza cada vez que nos preguntan a qué nos dedicamos. ¿Quieren echar la culpa al Sr. Real Madrid? ¿Quieren seguir demonizando a un cualquiera, a otro anónimo que dejará tanta paz lleve como descanso deje? Ellos verán. No es el camino, creo. No cuela que el plantón de la prensa fuese fruto de una provocación; lo que sí es obvio, y me encanta que la gente vaya sabiéndolo, es que al dios que se viste de periodista, se lo lleva la corriente. Parafraseando a Bogart en Casablanca, tal vez no hoy ni mañana, pero pronto y para el resto de su vida. Ya está bien de olvidar que la profesión está por encima del nombre. Repito, del nombre. No del hombre.

@m_manero

sábado, 9 de abril de 2011

Los Madrid-Barça y los "te quiero"; tanto en común


Nunca he jugado un Madrid-Barça*, pero sí he estado enamorado. Y estoy seguro de que el subidón de epinefrina que siente un futbolista al saltar al césped de blanco o azulgrana y saber que enfrente espera el némesis, debe ser parecido, si no igual o incluso inferior, al que siente alguien cuando escucha un “te quiero” por primera vez. Un “te quiero” furtivo, sincero, inapelable. Un golpeo suave a la escuadra, donde no recordabas que llegara nadie.
Como quiera que sea que el espíritu humano es irreductiblemente animal y por ende combativo y competitivo, no son pocas las voces que claman contra la sobredosis de “partidos del siglo” que se nos viene en cima, dando por eliminados de antemano, eso sí, a Shakhtar y Tottenham en Champions. Un Madrid-Barça jamás puede ser aburrido, repetitivo, cansino, empalagoso. El miedo, me consta, se le tiene a los medios y a la cobertura (desbordada) que puedan ofrecer de estos cuatro choques en un margen en el que también puede dar tiempo a enamorarse (18 días).
También hay cenizos que pierden la fe y la esperanza en los los “te quiero”, aun cuando (y esto es sangrante) van dirigidos a ellos. Gente que, en todo caso, no es consciente de la fuerza desconocida que impulsa estas palabras, fuerza que está muy por encima de la costumbre. Dicen que cuando algo se repite con cierta frecuencia en un núcleo temporal corto, pierde espíritu, presencia y un puñado de sentido. Sinceramente, no creo que vaya a ocurrir esto con un partido así, igual que no ocurre con un “te quiero” desgarrador, al oído o de buenos días. Algo presente y voluntario, sea o no espontáneo.
Como dirían los estoicos, hay que ir partido a partido. Sí, está claro: tenemos miedo de malacostumbrarnos a entrecerrar los ojos para resistir al destello del mayor acontecimiento futbolístico del planeta a nivel de clubes. Que los mejores la toquen tanto y con tanta pasión tantas veces en tan poco tiempo no puede saciar a nadie, quizás sí cegar. El nervio y la pasión van a estar a flor de piel y en más de un sofá habrá que rendir cuentas en el tercer tiempo. Pero hasta la ceguera de un Clásico es comparable a la ceguera del amor. Llegan los Madrid-Barça, llega el “te quiero”, y por mucho que ambas cosas se repitan, su naturaleza es suficiente para que el hartazgo no sea un signo sino un síntoma. A menos que no te guste el fútbol… O no estés enamorado.
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*El orden de los factores no altera el producto. La primavera, en cambio, sí dicen que altera la sangre. Que ésta no corra…
@m_manero