miércoles, 3 de noviembre de 2010

Historias de autobús


(Basado en hechos reales)

08.30 de la mañana, suena el despertador del móvil y se enciende la radio, te duchas de forma hipnótica, te vistes con pereza y sobre las 09.00 (minuto arriba, minuto abajo) te diriges a la parada más cercana dispuesto como cada mañana de día laborable a subir a ese “gran carrusel de emociones” al que se conoce como el autobús.

Viajar en autobús es algo irrelevante para la mayoría de los mortales,...no es mi caso. El subir cada mañana a ese vehículo rojo diabólico se está convirtiendo en mi particular tragedia griega.

A continuación os relaciono una serie de situaciones y patrones de conducta de algunos personajes ilustres de este centenario medio de transporte.

  1. “La abuela cabrona” o “abuela Materazzi”.
 Dícese de aquella persona de avanzada edad (esencialmente mujer) que suele llegar a la parada la última –por lo general- pero que siempre acaba subiendo la primera al autobús. El modo de llevar a cabo esta espectacular maniobra suele cimentarse en el uso abusivo de un compendio inagotable de malas artes, más propias de férreos centrales italianos que de personas que se supone que “no pueden valerse por si solas” (#porloscohones #amosnomejodas).

Se mueven con destreza, con sigilo, aparentan fragilidad pero en el momento clave hacen un despliegue y un derroche de fuerza y de mala hostia dignas de estudio. No titubean en meter los codos, los brazos, y si la cosa se complica y es menester, jamás dudan en embestir como vaquillas.

Conocen el terreno al milímetro, son unas estrategas en el arte del escaqueo, lo llevan a la práctica en tiendas, mercados y grandes almacenes, vamos…que tienen el culo “pelao” en el arte del engaño, y es que ya se sabe: más sabe el diablo por viejo…que por diablo.

Existen muchas variantes pero por lo general son aves rapaces diurnas aunque alguna vez se dejan ver al caer el sol, generalmente en las salas de bingo.

[Vale decir que con el paso del tiempo la figura de “la abuela cabrona” o “abuela Materazzi” se ha mitificado hasta el punto de ser casi considerada una “leyenda urbana” como lo puedan ser la “chica de la curva”, “el gato de Sorpresa Sorpresa + paté (¿o era foie gras?) + Ricky Martín en el armario, o los supuestos testículos “fantasma” de Anne Igartiburu, ¿qué fue de aquello?]

  1. El conductor amargado.
Una vez has conseguido subir al “vehículo del infierno” –obviamente detrás de la “abuela cabrona”- te encuentras con el conductor, ese señor sufrido como pocos al que le das los “buenos días” en un claro signo no tanto de educación y cortesía, como de compasión y solidaridad por las penurias y vicisitudes que su jornada laboral le brindará a buen seguro a lo largo del día.

Por lo general, el conductor reaccionará de dos modos (nunca hay un tercero).

A) Te devuelve el saludo con una resignación estoica, sabedor que en el fondo le apoyas y le comprendes. 

B) O por el contrario, ni te contesta, gira la cabeza, hace que no te ha escuchado y mira por el retrovisor controlando que la abuela o el niño cabroncete no se cuelen (algo que acabarán haciendo…te pongas como te pongas).

  1. Buscar asiento.
Una vez has maldecido a la abuela y probablemente al conductor (si es que ha llevado a cabo la opción B) te queda esa odisea y/o travesía en el desierto (generalmente se dan las dos) consistente en hacerte un sitio en un autobús urbano en plena hora punta.

Una vez has picado la tarjeta “busera” de marras, miras al frente y ves ante ti "Mordor", un vagón repleto de “gente”, en su acepción más extensa y desagradable. Un panorama dantesco que tienes que lidiar con entereza y determinación. Niños de mirada siniestra cargando mochilas monstruosas y de colores cuya existencia desconocías hasta ese momento deben ser esquivados con cautela (aunque te gustaría pisarlos), abuelos cargados de odio y rencor para con la juventud que te miran con desprecio por el simple hecho de ser joven y apuesto –que culpa tengo yo…¡oiga!-, señoras adineradas con bolsos de 600 euros que están convencidas que su nivel adquisitivo merece ocupar dos asientos, -estás son las peores sin duda, alguien debiera eliminarlas de raíz-

Al final, para no matar a nadie optas por la sabia decisión de viajar de pie, agarrado a ese mango, mástil, palo, barra o como mierdas se llame “eso”. Ahora bien…aviso para “novatos”, pobre de ti como roces a alguien y ese alguien sea mujer,…eres cadáver, hay miradas que matan.

Ya estás ubicado…mal, pero ubicado a la postre. Lo que pasa a partir de ese momento y durante el trayecto (25 minutos en mi caso) tal vez sea objeto de otro post un día de estos.

P.D. Post dedicado a los miles de sufridores y mártires que en toda la geografía española se ven obligados a subirse (de una a cuatro veces al día) a ese “Satán de cuatro ruedas” llamado autobús.


Noticia surrealista sobre lo que puede acontecer dentro de un autobús
http://www.telecinco.es/informativos/internacional/noticia/43715/Una+grabacion+policial+revela+que+el+asesino+se+comio+parte+de+su+victima


Artículo de @Borja_Pardo

19 comentarios:

  1. Al menos tú llegas a cogerte a la barra de arriba si no encuentras asiento. Gente como yo, menudita, acabamos esquivando sobacos todo el trayecto, cualquier roce nos desestabiliza y, encima, cuida de que nadie intente meter mano a tu bolso (con suerte sólo al bolso).

    Te acompaño en el sentimiento, como sufridora del trasto ése del diablo! Ánimo y paciencia!!

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  2. Mu malo, mu malo. Parece una redacción del cole

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  3. Soy el mismo de antes. Te felicito por encajar una crítica con tan buen talante. No es lo común.

    Un saludo

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  4. Muy buena Borja jaja, muy común que nos pase esto

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  5. Muy grande el post, todos lo que hemos viajado en autobus al curro o a la uni sabemos lo que es.

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  6. ja ja ja ja! Yo una vez me crucé con una "abuela materazzi" y encima que fui agradable con ella, morí aplastado en el cristal del autobús. ja ja ja ja ja! También fui víctima de un "polizón" que me intentó birlar la cartera y decir que habia pagado el trayecto. ja ja ja ja! Muy buen post, Borja.

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  7. jaja muy bueno, pero no fue un gato lo de sorpresa sino un perrete xD

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  8. Veo que las historias de autobus son universales aunque, aqui, habria que anyadir a los pasajeros dementes. Muuuuucho mas comunes de lo que nos gustaria a la mayoria. Tambien estan los ninyos con el movil a lo radio-cassette y los lee-periodicos-XXL que te dan, continuamente, con las paginas en la cara.

    Y encima es caro de narices y, en mitad del viaje, te cambian el destino del bus. Asi, porque si.

    ... vamos, que es un gusto el transporte publico en Londres.

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  9. Doy fe de lo que dice Laura.
    Estuve un año viviendo en Bristol y alguna vez usaba el autobús. Aquello era surrealista...y caro de cojones.


    Saludos y gracias por vuestros comments (los buenos y los malos).

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  10. Aun recuerdo la primera vez que me subi al autobus solo, me fui a la parada, y cogi el primero que paso, y cuando vi que no conducia por donde deberia ir, le pregunte a una de esas "abuelas Materazzi", que se saben las rutas de memoria, al igual que el numero de la S.S., y ya me dijo la que tenia que cojer, en la siguiente parada.

    Con respecto a lo de las "Abuelas Matarazzi", tambien existen, esas que llegan las ultimas a la tienda, y solo van a por el pan, y se satan toda la cola, para decir, "dame un barrilla", y como le digas algo, te empieza a contar todas su enfermedades y demas.

    Saludos.

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  11. Voy a recopilar historias de autobús yo también, que aquí hay de todo, yonkis, gangstahs, tipas que le explican a su novio cómo se limpian sus partes en el bidet... Verás XD

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  12. Pues si cuento yo las del metro de Barcelona...

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  13. Creo que de aquí se podría sacar un "coleccionable", eh? Yo también tengo algunas del metro de Bilbao. Escribiré sobre esto cuando recopile unas cuantas.

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  14. jajaja, enorme post. no dejeis de pulsar el link que puso Borja al final del artículo.

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  15. Yo soy muy fan de las canis sentadas al fondo y con su móvil a todo trapo...

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  16. Ja, ja, ja. Por Dios bendito, que dan ganas de obtener un bono bus y hacer un recorrido a ver si todo esto me ocurre a mí y doy fe de que es así. Fuente inspiradora donde las haya.
    Siglo XXII, atracción especial en los parques temáticos virtuales..."Ruta SSR, Satán Sobre Ruedas", no se la pierda. Revivirá en unos minutos las emociones más fuertes e inolvidables que los pobres humanos de antaño sufrían en sus -hoy obsoletos- trayectos obligados diarios.
    Me ha divertido, sí señor.
    Felicidades.

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  17. Gran historia, te recomiendo esta otra...

    http://lasonrisacinica.blogspot.com/2010/01/historias-de-autobus.html

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