martes, 8 de febrero de 2011

Carta Abierta desde Togo


Esta mañana de martes quiero compartir con vosotros una carta que me llegó hace poco de mi buena amiga Patricia, que trabaja como cooperante con los salesianos en Togo. Ella me pedía que si podía darle algo de publicidad pues es un tema bastante más serio de lo que parece, y yo no puedo negarme. A lo único que me niego es a publicar las fotos de las laceraciones que acompañan este texto. A cambio publico alguna de las fotos de los niños que, gracias al trabajo de los salesianos y de otras organizaciones que como ellos dedican sus esfuerzos a la infancia y a la juventud, pueden jugar felices y soñar con un futuro. Si alguno desea conocer las fotos no dude en pedirmelas por DM en twitter, pero por favor, no las publiquéis, son muy duras.

¿Alguna vez habíais oído hablar de los “niños brujos”? En Togo son palabras que se utilizan muy a menudo. Las creencias animistas muy arraigadas, y las muertes producidas por la falta de recursos económicos, el deficiente sistema sanitario y la ignorancia ante cierto tipo de deficiencias mentales, o enfermedades, favorecen el crecimiento de este fenómeno. La brujería está considerada como la capacidad de hacer daño a otra persona a través de un poder místico. Es el “Charlatán” quien esclarece quien es. Y suele coincidir con un niño diferente, huérfano de padre o de madre, o de ambos, discapacitado físico, con alguna enfermedad física o psíquica, o simplemente, más nervioso, más violento o con un carácter diferente. Por ello, tras el juicio público llevado a cabo ante la autoridad tradicional, el jefe cantonal, si se determina que el niño/a es brujo, el mismo queda expuesto a la violencia física y psíquica, por parte de su propia familia y su entorno y por parte de los charlatanes o curanderos, con lo que muchas veces viven largas temporadas para ser exorcizados.
El infanticidio de gemelos, albinos, discapacitados, o niños con malformaciones es una práctica corriente en ciertas culturas, basadas en creencias ancestrales todavía muy ancladas en las mentalidades, que justifican estas muertes, por ser considerados seres maléficos con poderes mágicos que pueden desestabilizar y hacer daño a la familia o la comunidad.
Karim es el último niño acusado de brujería, que Asuntos sociales ha traído al hogar de los Salesianos de Kara. Su abuelo le ha tenido durante mucho tiempo atado con alambres a la cama, tanto es así que se le han infectado los brazos de las heridas producidas y ha perdido completamente la movilidad desde las muñecas y prácticamente no tiene manos. Pero por lo menos, por el momento, su abuelo está en la cárcel.
Georgette, vino hace sólo unos meses, su madrastra le metió las manos y los pies en agua hirviendo, y sólo le quedan tres dedos en una mano y dos en otra. Ella no fue acusada de bruja como tal, sino de “clairvoyant”, lo que suele decir, que también tiene poderes extraordinarios y puede ver y distinguir perfectamente a otros brujos, pero puede utilizarlos para el bien o para el mal, y en este caso fue acusada de lo último. Su tío me aseguró que tenía el diablo dentro.
Bajo el pretexto de que la ley no regula los casos de brujería, se cometen atrocidades, principalmente contra niños o mujeres, que quedan completamente impunes. Como es el caso de la madrastra de Georgette, el juez de menores de Kara, que en realidad es el Juez de instrucción, días antes de tomar declaración a la niña, quien dijo la verdad, me dijo que no estaba claro que la madrastra hubiese quemado a la niña, a lo que le contesté-¿Que me quiere decir?- al ver que me miraba fijamente y no me contestaba volví a insistir – ¿Me está hablando de que lo que le ha pasado es lago sobrenatural?- y ya me contesto que si : “Creemos que Georgette se ha quemado en el mundo espiritual”. Y así es, mis últimas noticias son que la madrastra está en la calle por no haber encontrado pruebas suficientes.
Además de algunos padres o familiares que han dado con sus huesos en la cárcel, tras haber sometido al niño/a a torturas para demostrar que son brujos, hasta día de hoy no tengo conocimiento que se haya procesado a ningún jefe cantonal, que es quien autoriza estas actuaciones en la mayor parte de los casos o a los charlatanes que los designan.
El problema es que desde el intelectual más formado hasta el campesino más analfabeto creen en la brujería, con lo cual, estas actuaciones se ven justificadas a los ojos de la mayoría. Tanto es así, que los sacerdotes togolesas, creen también en ello y de hecho el exorcismo es algo habitual en algunas iglesias diocesanas. Muchos de los propios niños acaban creyendo que verdaderamente son brujos y que sin querer hacen daño a la gente.
Así, este tipo de acusaciones estigmatiza y discrimina a muchos niños/as, para el resto de su vida, además de los daños físicos y psicológicos irreversibles a los que pueden ser sometidos.
Llevo varios días pensando en enviar las fotos de los brazos de Karim, que todavía sigue en el hospital, pensando en si es ético o no, pero creo que debe conocerse, y no hay otra manera de imaginarse lo que puede llegar a ser, más que viéndolo.
Si hay alguien que pueda y quiera enviar esto a algún medio de comunicación para que lo publiquen os lo agradecería, porque no es sólo un problema social sino legal. El maltrato o violencia física y psíquica, si están castigados por el Código del menor, pero se aplica de forma aleatoria, como muchas otras de sus disposiciones
Artículo de @loquepajque

3 comentarios:

  1. Me ha dejado sobrecogida el artículo. Es increíble como la ignorancia puede llegar a provocar semejantes salvajadas hacia seres humanos.
    Este asunto está alcanzando cotas inimaginables, y me parece más que necesario que se le de publicidad al tema para que los gobiernos o quienes tengan el poder, puedan hacer algo al respecto.

    Una vez más te felicito por tu magnífico y solidario artículo. Un saludo!

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  2. Gracias Rachel, gente como tu es la que me motiva a escribir

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  3. Tremendo, el daño que hacen la incultura y superstición. Me ha impresionado.

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