¿Hacia dónde vamos?

Antes de empezar a contar, os comento que todo lo expresado a continuación es producto de mis recuerdos de niño, algunos lúcidos y otros vagos, sin mirar fechas en Google ni nada, simplemente tal y como recuerdo yo esos momentos, aunque quizá no estén cronológicamente bien colocados (normal por otra parte teniendo en cuenta que son de cuando tenia 5 o 6 años en adelante)

Nos situamos a finales de los años 80 y principio de los 90, mis primeros recuerdos futbolísticos me llegan con La Quinta del Buitre llegando al final de sus mejores años y empezando la etapa del Dream Team de Johan Cruyff; es significativo este hecho, mi hermano es un poco mayor que yo y siente simpatías por el Real Madrid gracias a aquella etapa de La Quinta y a mi el Dream Team me despertó las simpatías del Barça.

Del CD Málaga recuerdo a dos jugadores esencialmente, a Makanaky y a Juanito, no recuerdo mucho más, sí su triste desaparición. Del Mundial de Italia 90 apenas recuerdo mucho, recuerdo el videojuego de Game Gear y de Megadrive de aquella época y a la mascota del mismo, pero poco más…

De ahí en adelante voy recordando muchas mas cosas, a mi ídolo de pequeño Stoichkov con el 8 a la espalda, la 1ª Copa de Europa con ese gol de falta de Koeman, los Juegos Olímpicos de Barcelona ‘92 con Kobi (admito que no se si recuerdo el Gol de Kiko de la final de haberlo visto o de haberlo visto tantas veces después repetido), la llegada de Romario y muchos de sus goles brillantes… Muchas cosas.

Mi primer Mundial vivido intensamente se puede decir que fue el de USA 94, con 10 años, recuerdo que completé el álbum de cromos de Panini al completo y gracias a eso me sabía a la mayoría de jugadores. Fue un gran Mundial, el último de Maradona (del que recuerdo mas su etapa en el Sevilla que en el Barça), donde caímos con Italia, con codazo de Tassoti incluido y donde la Brasil de Bebeto y Romario les dio un repaso en la final, que no pude ver porque coincidía con la procesión de la Virgen del Carmen aquí en Málaga a la que fueron mis padres y me llevaron, y aun así escuche todo el partido por la radio.

Para un niño de 10 años, aquello era fútbol en estado puro, estaba empezando a sentir la emoción de cada partido desde muy temprano; marcabas un gol en la calle y hacías la cunita de Bebeto con tus amigos y eras el más feliz del mundo. No había modas, jugabas al fútbol, veías fútbol, pensabas en fútbol a todas horas, soñabas con ser futbolista, marcar goles, llegar a lo más alto… Soñar era gratis… Hoy ya no.

Mi padre, catalán de nacimiento y seguidor culé, compraba cada fin de semana antes y después de la jornada de Liga tanto el diario Sport como El Mundo Deportivo. En aquella época ambos diarios tenían una línea culé bastante marcada, pero no eran quizás tan parciales como hoy en día, eran otros tiempos, hasta hacían pequeñas colecciones gratis con el diario, como cromos o estampas de la historia del Barça, pins que eran los trofeos en pequeñito, libros biográficos de los jugadores, pósters…

En Madrid pasaba algo parecido, por un lado estaba AS que era claramente madridista y bastante parcial por aquella época (o al menos yo lo apreciaba así) y luego estaba Marca, el diario deportivo líder, el periódico mas plural e imparcial de los cuatro, el que mejor te informaba y mas noticias exclusivas te daba. No recuerdo cuanto costaba en aquella época, pero si que mi paga semanal me daba para comprarlo de vez en cuando a lo largo de la misma.

Aquel Marca era otra historia; era periodismo, era información. Cierto es que, si bien tenía a veces cierta tendencia madridista, era bastante plural en cuanto a información diaria. Si el Barça ganaba por goleada, al día siguiente iba a la portada y en grande, alabando el juego culé. Ocurría lo mismo si el Barça al final de la liga resultaba Campeón o si algún equipo ascendía, o si había una entrevista exclusiva al nuevo jugador del Valencia o al nuevo entrenador del Tenerife, o si había partido de tenis importante o ciclismo o atletismo… Lo que primaba era el deporte en si, y concretamente el fútbol, por encima de cualquier color.

Sabían hasta como cuidar al lector, regalaban llaveros y pins de todos los equipos de 1ª División según que semana, se inventaron el trivial de Marca llamado “El Listón de Marca”, incluso pusieron en marcha el Club Fantástico Marca, en el cual hasta te mandaban una tarjeta de socio dorada con la que tenias descuentos y podías apuntarte a promociones y concursos. Y luego ya crearon la Liga Fantástica Marca, donde hacías tus equipos en papel, directamente en el diario y mandándolo por carta, luego recibías una carta con una cartilla con tu equipo y tus jugadores y donde ibas anotando los puntos cada semana. Para mí, era ilusionante.

El tiempo fue pasando, nacieron los móviles e Internet y aquello fue creciendo. En aquel entonces, el que compraba el diario apenas conocía a su director (o bueno mejor dicho, yo tenía esa percepción) seguramente escribiría diariamente su columna y tendría su preferencia sobre algún equipo, pero no la mostraba y lo que decía no tenia la repercusión que tiene hoy día. Exactamente no sé en que momento Marca dejó de ser Marca y pasó de informar imparcialmente a interpretar la información según sus intereses, la verdad, no lo sé… Pero sé que poco antes de que Eduardo Inda llegase, Marca dejo atrás todo lo que fue años atrás.

Y en 2007 llega Inda a Marca, prometiendo una “vuelta a las esencias” en el periodismo deportivo, imparcialidad y erradicar el forofismo que ya se había instalado en el diario. Nada más lejos de la realidad. Si algo ha conseguido Eduardo Inda es justo lo contrario, hacer de un periódico plural y de calidad un panfleto ultra y amarillista a las órdenes de un solo equipo, llegando a manipular la realidad, a atacar personalmente a quien se atreva a llevar la contraria a sus opiniones y organizando campañas de desprestigio claramente dedicadas a hacer ruido y desvirtuar la información. Ya ni siquiera a veces en la portada informan de otros deportes y en el peor de los casos, de otros equipos que no sean al que ellos apoyan. Y no es el único en su diario, ya que esta rodeado de algunos que tienen carta blanca para hacer lo mismo si así lo desean, llegando incluso a alegrarse de que un determinado equipo pierda simplemente por el simple hecho de que su entrenador se pronunció sobre el entrenador del equipo al que defiende tanto él como su diario. Hace 10-15 años, esto seria impensable y estaría en la calle.

Lo peor no es eso, lo peor es que parece que está contaminando a los demás diarios, que también sacan sus banderas a relucir. Cuando estamos atravesando una etapa de un fútbol tan magnífico y vistoso, tanto a nivel nacional como a nivel de clubes, siguen empeñados en desacreditar a los rivales con los que no simpatizan con su club, llámese Barcelona o llámese Sporting de Gijón, buscando cualquier excusa: que si árbitros, que si entrenadores, que si viajes… da lo mismo, lo que sea, la cuestión es sacar cualquier excusa que no sea fútbol para ponerlo en contra.

¿Hacia dónde vamos? Esa es mi pregunta y de la que trata este escrito. El fútbol ha dejado de importar. Ya no se habla de él sino de lo que genera: Discusiones, ruedas de prensa, posibles fichajes, morbo, árbitros, manos negras… Es siempre lo mismo y poco a poco va a más y parece que nadie puede hacer nada por evitarlo, porque esa fórmula les funciona a algunos en ventas, aunque para ello reciban miles de críticas, es el juego del todo vale, y no hay nadie dispuesto a terminar con todo esto de una vez.

Me imagino al niño de 10 años que hoy día compra por primera vez un diario deportivo y en vez de saber como ha sido determinado partido, tendrá que leer el partido interpretado según la línea editorial del diario donde lo lea, todo eso después de que analicen mil cosas antes de lo que quizá realmente le importe:

EL FÚTBOL