jueves, 10 de mayo de 2012

EL REINO DE LOS CIELOS



por Lucía Taboada


Dichoso Ryanair porque suyo será el reino de los cielos.
Mt 5, (1-4)

Michael O´Leary, flamante presidente de Ryanair, vestido de blanco y azabache, se pasea por las oficinas centrales de la compañía en Dublín con semblante serio. Juguetea con una pequeña réplica de un Boeing 737-800 mientras medita sobre algún innovador plan para abaratar costes. Imitando el rebufo de las turbinas de los motores va descartando algunas tribulaciones algo descabelladas:

- Suprimir los baños. Ya me lo imagino: “Bienvenidos a este vuelo de Ryanair. Los baños los encontrarán al fondo del aeropuerto tras aterrizar. Queda terminantemente prohibido que ingieran alimentos o líquidos antes de embarcar. Jajaja" Descartada porque el cuerpo humano es una máquina imperfecta, no como Ryanair, y nunca se sabe.

-Suprimir los pilotos. Esta idea puede entrañar algún riesgo, ciertamente. Por ahora descartada.

-Proponer al Gobierno español el anuncio de sus medidas económicas durante los vuelos a cambio de subvenciones. Las podríamos meter entre los cigarrillos de vapor. Tendría más glamour que el último párrafo de una nota de prensa, eso es así. Pero no sé cómo se lo tomaría la gente, tampoco quiero un motín en el avión...Por ahora descartada.

-Cobrar a los pasajeros por aplaudir tras aterrizar. Necesaria pero muy floja.

-Cobrar a los pasajeros por montarse encima de la maleta para cerrarla. Mmmm, muy floja.

-Cobrar a los pasajeros por hacer fotos de las nubes y subirlas a Instagram. Necesaria pero muy floja.

-Cobrar a los pasajeros por escribir mal el captcha de la página web al sacarse un billete. Descartada por ahora. Idear nuevos captchas con fórmulas trigonométricas insertadas.

-Cobrar a los pasajeros porque sí. 

El calor aprieta debido al calefactor adquirido en un Cash Converters. Comienza a oler a quemado. El magnate se desprende del calefactor y piensa que tal vez debería haber comprado uno un poco más caro. Empieza a mordisquear el ala izquierda del aeroplano de juguete cuando de pronto, se ilumina su rostro. ¡Ya lo tengo!, exclama. “Puedo prescindir de las azafatas con acento extraño y a través de un rasca y gana elegir al azar tres pasajeros en cada vuelo que se encarguen de su función. Total, leer publicidad cansinamente sabe hacerlo todo el mundo. Se les haría un descuento del 10% en el billete por las molestias, claro. Oh Dios mío, sería fantástico. Me ahorraría el salario de más de seis mil trabajadores, JAJAJAJA. Michael, eres un genio. Te mereces un ascenso, jajaja. Pero si no puedo ascender más, jajaja, Ay bribón”.  Tras la brillante idea traza un pequeño esquema  y se lo manda a sus asesores económicos y su director de comunicación. Reclina su silla amarilla y azul y ya con los párpados cerrados deja que el sueño le venza.

O´Leary sabe que ha roto todos los esquemas de negocio. Es el hombre más rico de Irlanda, provocador, transgresor, osado, carente de ética para muchos, increíblemente intuitivo para otros . Su afán recaudatorio no tiene límites. La competencia le odia y él tampoco esconde su viperina lengua al referirse a la misma. Ha llegado a afirmar que Iberia “roba a sus clientes” o que Easyjet nunca triunfará porque en Europa “no hay espacio para dos aerolíenas de bajo coste”. Tiene problemas con sindicatos, trabajadores, ecologistas, controladores aéreas, agencias de viajes, Comisión Europea o clientes. Si pudiese tendría confictos hasta con las nubes. "Me importa una mierda no gustarle a nadie. No soy un aerosexual. No me gustan los aviones y nunca quise ser piloto como esas brigadas de matones que pueblan la industria", decía durante una entrevista. Pero todo ello no importa. Su éxito parece infrenable. Porque el ser humano es el único que tropieza varias veces con Michael O’Leary. 

5 comentarios:

  1. ¿Cómo puedes tener tanta imaginación?

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  2. En la torre de control de la rotonda de Brunete nos encanta este señor. De hecho la idea de poner dicha torre de contro fue suya.

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  3. Muy in lof de tus medidas de ahorro.

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